9 de junio de 2011

El paso de un minuto

Cuando piensas que todo va a ir bien, que este es uno de los mejores momentos, en un abrir y cerrar los ojos todo cambia, se rompe una puerta la cual aunque esté destrozada es imposible atravesar.

Con tan solo unas pocas palabras tu mente se queda en blanco, tus ojos se convierten en un mar de lágrimas y tu corazón deja de latir, quedándote helada; sin saber qué hacer. Sin saber que decir; sacando palabras del fondo del corazón y sacando fuerzas de donde no las hay para contestar…

Gestos como un fuerte y protector abrazo, una dulce sonrisa para hacer feliz a los demás aunque te esté matando algo por dentro, una profunda mirada que lo dice todo al clavar tus ojos en los míos…es imposible que los lleve a cabo y es lo único que se hacer ahora y para lo único que tengo fuerzas y que realmente deseo hacer; ya que mi garganta tiene un nudo y las palabras que atraviesan mis cuerdas vocales van entonadas en silencio y en soledad. No sé entonar la melodía de lo que es en sí hablar.

Pensar, reflexionar, suplicar y desear desesperadamente es lo único que puedo hacer; me siento sumergida dentro de una pecera, donde el agua me llega al cuello, en la que siempre doy la misma vuelta y me rondan las mismas cosas por la mente, sin encontrar ninguna desviación. Por favor, sal ya de esta pesadilla, que yo no soy la protagonista, pero quiero que se termine ya, no aguanto más, sal ya!!  No soy nada sin ti en este mundo, te necesito…

No hay comentarios:

Publicar un comentario