13 de julio de 2011

Ángeles y estrellas

Cuando un ángel deja de vatir sus alas, su estrella comienza a precipitarse al vacío, el recorrido es corto, pero el paso de su vida que recorre durante milésimas de segundo es inolvidable. La estrella comienza a perder su brillo a medida que va descendiendo y recuerda el primer segundo de su vida con sus ojos indefensos e inmóviles, con sus pulmones doloridos tras la primera vocanada de aire que los penetra y el primer latido de su minúsculo corazón; sus primeros pasitos en su mundo inseguros y frágiles que recorrían el duro suelo en el cual se caía pero nunca se rendía a seguir adelante; su primer día para aprender a ser persona tras las lágrimas que rondaban sus carnosas mejillas porque se sentía presionada e insegura del miedo que apoderaba su cuerpo; sus primeros y mejores amigos que seiempre la acompañan hasta el último segundo de su vida; las derrotas vividas ante el mundo que estaba conociendo y el que le quedaba por conocer de un modo radical. Estaba muy insegura de sí misma, las idas y venidas del oleaje golpeaban su cuerpo y lo arrastraba al son que el mundo la quería.                            

Sus primeros pasos firmes a enfrentarse a lo que se puede llamar realidad,  ya no tenía miedo de lo que sucediesse  porque siendo ella misma podría  vencer a la contracorriente sin dejarse arrastrar gracias a personas maravillosas que la acompañaron y a su ángel que la dió la luz de la vida.

Una estrella no sobrevive sin su ángel, por este motivo nunca te dejaré caer solo, quiero sentir  que realmente mi ángel es feliz ya que juntos yo soy tu estrella y tú eres mi maravilloso ángel, juntos deseo que vueles alto porque yo siempre velaré por tí y aunque tu estrella esté lejos nunca impedirá la distancia que te adore y te quiera con todo mi corazón. Gracias por existir.

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