Nadie dijo que fuese a ser fácil pero no merece la pena rendirse, luché contra mi misma, aprendí a controlarme, a sonreír cuando todo era horrible y a seguir adelante pase lo que pase, que los amigos la familia y la música son imprescindibles en mi vida, que la distancia son solo números, que hay personas que marcan y dejan huella hasta el fin de ti vida, que debo estar tranquila sino nada puede ir bien y que nada merece la pena si no haces de cada detalle algo importante.
Este 2013, casualmente lleva el número 13, un día que adoro y que tengo recuerdos inolvidables, no sé a qué se debe pero tengo la sensación que puede salir algo bien, me encuentro con la fuerza y a tan solo un empujón de cumplir sueños, alcanzar metas, conocer en persona a gente realmente especial, seguir independientemente mi vida y poner punto y a parte a muchas cosas. Todo sigue, es un flujo continuo que no se detiene y es necesario pintar sonrisas para hacer de él algo un poco más feliz.
¡FELIZ AÑO NUEVO!
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