Llegó el momento, es hora de estallar, de romper todo, de dejar volar tu alma, de empezar a sentirse libre y soltar tus lágrimas sin cesar; es imposible parar esta condena, cuando se llega a este punto límite lo único que se sabe es tener miedo, desilusión, fluyen los cristales por tus mejillas y te aislas en tu propia burbuja.

Sentimientos inexplicables vividos anteriormente los vuelvo a rememorar y el alma se cae a los pies, esa impotencia de querer ayudar y poder hacer de todo cuando ahora soy incapaz remueve mis entrañas. Ya no sé qué hacer ni que decir, no sé cómo actuar ni decir las cosas; ahora estoy en el pozo sin fin, pensaba no me volvería a suceder y estar presente en esta situación pero está claro que el pasado siempre está en nuestro presente ya que siempre vuelve.
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